La suba de contagios por coronavirus, nuevamente con centralidad en el área metropolitana, ya mostró preocupación del Gobierno nacional, el porteño y el bonaerense. Lamentablemente el control social no estaría funcionando para amortiguar una segunda ola precoz, como la denomina el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós. De esa manera se piensa en restricciones de algún tipo que pongan freno al descontrol que especialmente se muestra en los jóvenes con las dramáticas consecuencias de contagiar a los adultos mayores, más vulnerables y con posibilidades de morir por el contagio.
Un toque de queda sanitario sería la medida a imponerse una vez que se tenga en concreto el impacto de los festejos de año nuevo, manifestaciones y concentraciones hasta en avenidas comerciales y plazas. Una pena que la conducta responsable no alcance.