El efecto contra Mauricio Macri en las elecciones porteñas no fue tanto en la Ciudad de Buenos Aires, donde Horacio Rodriguez Larreta obtuvo, finalmente, unos dos puntos más que el Presidente en el distrito más favorable para Cambiemos, ahora convertido en Juntos por el Cambio. Sin embargo los avatares de la política económica pondrían tensión en octubre, cuando el jefe de gobierno buscará vencer en primera vuelta para evitar el riesgo de un balotaje contra Matías Lammens el candidato de Alberto Fernández para disputarle el sillón a Larreta.
Así, el Gobierno porteño diseña una estrategia para subir las chances de quien podría convertirse en el jefe del Pro si retiene el distrito y Macri y María Eugenia Vidal pierden.
La Ciudad de Buenos Aires fue uno de los dos únicos distritos donde ganó Macri las PASO (el otro fue la provincia de Córdoba), pero además, el único gobernado por el PRO que venció al kirchnerismo.
“Si Macri sacaba más, sacábamos más”, reflexionaron los ministros en una reunión de gabinete porteño. Larreta redondeó 46% , un número que supera 50% si no se cuentan los votos en blanco. Fueron para la categoría a jefe de Gobierno y Macri 44% a presidente, pero Alberto Fernández, en esa tierra hostil para el peronismo, remontó las chances históricas del kirchnerismo en el distrito porteño al 33.04% con un Matías Lammens de candidato a jefe de Gobierno que acumuló así 31.93%.
En el entorno de la campaña de Larreta amortiguan el riesgo que podría sufrir la elección si hay balotaje. Creen que Lousteau captó “votos moderados” y que a Lammens lo vota exclusivamente el kirchnerismo y que además ese candidato se beneficia del efecto arrastre de la boleta presidencial de la fórmula Alberto Fernández-Cristina de Kirchner. Atraer más votantes, es decir, que concurran más personas a los comicios es una de las movidas que se propone para la campaña que se iniciará el mes próximo, mientras que creen que el jefe Gobierno, para su reelección deberá conquistar “voto por voto”, sin dirigirse a ningún sector en particular. En geografía, en cambio, en esta oportunidad Juntos por el Cambio perdió en dos comunas del sur porteño, la 4 y la 8 en las que se impuso el Frente de Todos y ocupan los barrios de Barracas, La Boca, Pompeya y Parque Patricios y Villa Soldati, Riachuelo y Villa Lugano, las zonas donde más hegemoniza el peronismo en el distrito. El resto, como más votos en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, lo superó el oficialismo con mejores marcas en los barrios de Palermo, Recoleta, Nuñez, Belgrano y Colegiales.
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