El Gobierno porteño difundió un estudio de su departamento de Estadísticas sobre la situación de los hogares porteños en 2017, donde destaca que la mayoría reúne sus ingresos de su trabajo en la actualidad, una buena parte de jubilaciones y pensiones mientras que una porción mucho menor lo hace de recursos del estados, es decir ayuda social. En esos hogares se reportan los índices de pobreza. Teniendo en cuenta la cantidad de cierre de comercios durante 2018 y 2019, como el aumento del desempleo, los datos servirán para una comparación cuando se obtengan los del año pasado.
De acuerdo al estudio:
Para el 68,2% de los hogares porteños, el principal ingreso del hogar proviene de la inserción actual en el mercado de trabajo. En 6 de cada 100 de estos hogares, el jefe es varón. Mientras tanto, un cuarto de los hogares (25,3%) tiene como ingreso principal la inserción laboral pasada, en los que –a diferencia de los anteriores- predomina la jefatura femenina (60,6%), con menor cantidad de miembros por hogar que el promedio (1,6 personas). Por otro lado, los hogares cuyo ingreso principal corresponde a transferencias monetarias gubernamentales, son marginales en el total. En ellos, la jefatura femenina es la más frecuente y casi duplican el tamaño promedio de la Ciudad, con 4,1 miembros.
Solo 4,1% de los hogares se mantiene principalmente con transferencias entre hogares y de transferencias no gubernamentales o de otros ingresos no laborales diferentes a los anteriores o a la propiedad de activos. Aquí también predominan las jefas mujeres y se concentran en las zonas centro y sur de la Ciudad. Los hogares cuyos ingresos surgen principalmente del trabajo en el pasado, tienen un ingreso per cápita familiar que, en promedio, es el 80% de aquellos que registran alguno de sus miembros ocupados en la actualidad. En cambio, los que se sostienen por sobre todo de la propiedad de los activos, más que lo duplican. Los que reciben asistencia monetaria del Estado, apenas tienen ingresos por miembro cercanos al 16% de los que tienen los que registran alguien inserto en el mercado de trabajo.
Principales
resultados
Fuentes de ingresos
de los hogares
• En el 76,4% de
los hogares de la Ciudad, al menos uno de sus miembros percibe
ingresos por su participación actual en el mercado de trabajo y
39,1% por su labor en el pasado, en particular por jubilaciones y
pensiones. El 12,8% recibe transferencias desde otros hogares o de
personas que no viven en el hogar, 7,4% lo hace de las provenientes
de las provenientes del Estado y 6,9% obtiene ingresos de la
propiedad de sus activos.
• Las diferencias relativas por zona se
observan en la capacidad de acumulación de capital (superior en el
norte, 11,6% de los hogares) y en la percepción de asistencia
monetaria, que tiene mayor peso en los hogares del norte cuando
provienen de otros hogares (16,9%) y en los del sur cuando proceden
del Estado (15,8%). Con diferencias menos marcadas pero aún
importantes, los porcentajes de hogares que tienen ingresos por el
trabajo de sus miembros (actual y pasado) y los que lo hacen por
transferencias del Estado aumentan de norte a sur. • En 2017, más del 96% de los hogares de la Ciudad de Buenos Aires tienen
ingresos por su trabajo actual o pasado, sea en forma exclusiva
(73,8% del total) o en combinación con ingresos que no derivan del
trabajo (22,4%). Por su parte, los hogares que perciben ingresos que
no derivan del trabajo actual o pasado, lo hacen mayormente en
combinación con éstos; solo el 2,9% los tienen como único sostén.
• El 44,7% de los hogares se sostiene exclusivamente con los
ingresos derivados del trabajo presente y en el 16,7% solo derivan de
la participación laboral en un momento anterior.
• Existe la probabilidad de tener dos o más fuentes de ingresos (del
trabajo y no del trabajo; o del trabajo actual y del trabajo pasado)
es mayor en hogares con más miembros y con superior número de
perceptores que el promedio.
• Predomina la jefatura masculina en
los hogares que viven del trabajo actual (sea en forma exclusiva o en
combinación con el trabajo pasado) y son más las mujeres jefas
cuando se trata de hogares que se mantienen del trabajo pasado
exclusivamente o de ingresos no laborales. Condiciones de vida
• En
los hogares que se mantienen con ingresos que no derivan del trabajo
(fundamentalmente de transferencias), la incidencia de la pobreza es
ampliamente superior al promedio: supera el 45% cuando estos ingresos
son exclusivos y 21,6% cuando se combinan con otros.
• En
contraste, el porcentaje de hogares en condición de pobreza es bajo
cuando coinciden en el mismo hogar los ingresos que derivan de la
participación actual en el mercado de trabajo con la pasada (5,3%).
No obstante, se destaca que 7,9% de los hogares que se mantienen
solamente con la labor presente de sus miembros y en los que, en
promedio, hay 1,5 perceptores de ingresos, no llegan a costear el
valor de la canasta básica total de la Ciudad. En el caso de los
hogares que se mantienen solo de la inserción actual en el mercado
de trabajo en la categoría cuenta propia, la incidencia de pobreza
trepa al 19%, frente al 7% en asalariados.