Horacio Rodríguez Larreta optó por hacer valer la mayoría propia que ostenta en la Legislatura porteña para sancionar una polémica ley para la formación de los docentes, que con el rechazo del sector y de la oposición parece tornarse de difícil puesta en marcha cuando llegue el momento. Tampoco frenaron el debate las protestas y
disturbios que lo acompañaron ni la posición en contra de la votación de la Iglesia y de los titulares de las escuelas terciarias en la que actualmente reciben formación los docentes.
Así, el oficialismo porteño sancionó ayer la "Ley de la Formación Docente del Sistema Educativo y Creación de la Universidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires", en total soledad, tal como anticipó este diario y con fuerte rechazo no solo de la oposición, sino de gremios y rectores de institutos terciarios. Con la Legislatura porteña rodeada con cinco vallados, una protesta en las puertas del edificio, durante el debate, que fue extenso, terminó con incidentes entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, tras la caída de una valla.
Hubo asistencia perfecta en el recinto y el bloque Vamos Juntos aprobó la norma con sus 34 votos a favor, quedando el resto, 26, en contra dentro incluido el radicalismo que se referencia con Martín Lousteau (bloque Evolución) y que integra Cambiemos en la Ciudad, que en esta ocasión tampoco acompañó a sus aliados. Las medidas de seguridad permitieron el ingreso al recinto, exclusivamente e los 29 rectores de los institutos terciarios.
La principal crítica que recibió el proyecto, presentado por Horacio Rodríguez Larreta el año pasado, es el riesgo de desaparecer que correrían los 29 institutos terciarios donde actualmente se forma a los docentes y que el Ministerio de Educación deberá evaluarlos en forma permanente a través de un instituto, control que comenzará el año próximo aunque la UniCABA se iniciaría en 2020.
"La creación de la UniCABA se puede considerar como la primera gran apuesta por un cambio de alto impacto en la educación, luego de décadas de declaraciones y cambios cosméticos", afirmó el decano de Educación Julio César Durand, de la Universidad Austral, mientras que la Vicaría Pastoral de Educación lamentó la sanción de la iniciativa "a pesar de no haber logrado siquiera sumar el consenso básico, ni de las comunidades formadoras ni de otros actores educativos públicos" y manifestó su "desconcierto" frente a la "omisión de instancias de consulta".
Para el kirchnerismo el oficialismo está "tratando de construir un modelo que se asienta en que el alumno sea un emprendedor individualista y el maestro tiene que ser disciplinario" mientras que desde Evolución, resaltaron que la universidad no es "sólida en materia presupuestaria", ya que en el proyecto original los recursos saldrían de los institutos pero se modificó la iniciativa para imponer que sigan funcionando los terciario.
Desde el oficialismo, el legislador Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica), explicó que "el proyecto propone criterios de autoevaluación, una evaluación institucional, la construcción de un sistema de información y estadísticas vinculados al sistema formador y el planeamiento del sistema formador".