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  Dirección y contenidos PATRICIA GARCÍA, periodista

16/5/18

Historia de la sede de Uspallata - parte X

Por
Claudio Salvador *

Los cambios en la zona
Visita guiada al edificio del Gobierno porteño
El predio que hoy ocupa la sede de la Jefatura del Gobierno de la Ciudad en Parque de los Patricios tuvo una rica historia que guardó relación con los cambios en el barrio.
La instalación de los Mataderos dio inicio a actividades en los alrededores que originaron una urbanización que se consolidó y desarrolló  después que se mudó el Matadero.
Pero las características de zona baja, despoblada y alejada llevaron también a ubicar actividades indeseables en la zona urbana que permanecieron por mucho tiempo.



La creación del Parque en reemplazo del matadero fue un acierto; durante buena parte del siglo XX funcionó una zona industrial con diversas actividades junto con un barrio urbano. Fue el verdadero nacimiento del barrio.
En esos años se sucedieron en el predio actividades de servicios e industrias: la estación de tranvía, la fábrica procesadora de grasas de Carlos Seeber y la metalúrgica Máspero dedicada a la bulonería. No faltaron otros elementos, más delicados: la batalla de los Corrales en 1880, parte de una  lucha fratricida que provocó miles de muertos; en la zona se produjeron muchas bajas, algunas de ellas exactamente en este lugar; también funcionó por pocos años el Asilo Policial, donde se ubicaron indigentes que algunos historiadores suponen se trataba de los últimos habitantes marginales del Pueblo de las Ranas.
La desindustrialización de la ciudad dejó éste y otros lugares vacíos.
En las últimas décadas la manzana estaba casi libre, lo mismo que la de la vecina curtiembre; esa parte del barrio quedó postergada. Se trató de establecer un complejo de viviendas que no se concretó. Y, dentro de políticas erráticas, estuvo a punto de volver a ser el lugar para alojar indigentes.
Las trasformaciones de la ciudad, en particular en la zona Sur, fueron desordenadas; no resultaron de planificaciones.

El resultado de políticas erráticas
Basta caminar 300 metros a la redonda de la nueva Sede de Gobierno para observar: las escuelas funcionando, la construcción avanzada de la Universidad, la nueva Comisaría, las empresas tecnológicas, el Parque en muy buenas condiciones, la llegada del subte.
Pero también se encuentra  el complejo “piquetero”, y el Centro de Integración Monteagudo. El Centro de Integración quedó incluido en la zona que se llama “Nanocentro”.
Las circunstancias hicieron que el complejo de viviendas de los “piqueteros” y el centro que recibe “marginales que deambulan”, ubicados en la zona “invisible”, queden ahora en el lugar más visible de la ciudad.
No es intención de este trabajo abrir juicios sobre el tema.
Basta con haber rescatado esta historia, que muestra que a lo largo de un siglo y medio la ciudad se debatió en políticas erráticas, que podían ubicar en el mismo lugar que hoy está la Sede de Gobierno a fábricas pioneras o a “Guetos” para alojar indigentes.
Se podía establecer  en la misma zona el matadero, fuente del principal alimento de la población, volcar la materia fecal, y pasar la basura para arrojarla o quemarla.
Ya en el siglo XXI, se podía definir la zona como marginal, y muy poco después considerarla un área preferencial.
Y en la misma zona que existió el Pueblo de las Ranas tenemos hoy una versión más moderna del mismo.

Un futuro promisorio
Últimamente la disponibilidad de espacios a corta distancia del Centro presentó una buena alternativa para encarar nuevas actividades; se lo valoró como un recurso disponible para planes de desarrollo.
En cuanto a la Sede de Gobierno de la Ciudad: A lo largo de los años se había analizado la conveniencia de trasladarla fuera del centro. Se discutió durante años si sus características arquitectónicas eran las adecuadas.
La ubicación de la Sede de Gobierno en el barrio de Parque de los Patricios y las características constructivas de la misma son sin duda todo un símbolo del inicio de una nueva etapa para el Gobierno de la Ciudad, para la zona sur, y particularmente para el entorno de la Sede.
Esperamos que esta investigación aporte un granito de arena al conocimiento del pasado, y tal vez sirva también para ayudar a reflexionar y pensar en el futuro de la ciudad.