El Gobierno, con la idea de correr la lupa del principal distrito que disputa, la provincia de Buenos Aires, organizó un búnker único para esperar los resultados de las elecciones internas del domingo 13 de agosto. Es decir, contabilizará el total de votos en todo el país y cuántas bancas obtendría si los guarismos de las PASO se repiten en octubre.
Como lo hizo tradicional Mauricio Macri en sus ocho años al frente del gobierno porteño, el PRO y sus aliados se concentrarán en el predio de Costa Salguero.
Por ahora, el oficialismo trata de digerir una posible paridad con Cristina de Kirchner como candidata a senadora por los bonaerenses y así mira cuánta distancia tendrá con quien salga tercero, para animar un festejo en caso de no salir primeros en la tierra que gobierno María Eugenia Vidal.
El cierre de campaña, mientras tanto, será con la presencia de Mauricio Macri en los distritos de más peso en votos dentro del padrón, como las provincias de Buenos Aires y Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires donde Cambiemos confía en un triunfo arrasador con la lista que encabeza Elisa Carrió.
La nacionalización de los resultados favorecerá, como sea, a Cambiemos, que se presenta en todas las provincias del país, excepto en la Capital, donde no se conformó la alianza con el radicalismo y compite con el sello Vamos Juntos que comparte con la Coalición Cívica de Carrió.
En cambio el kirchnerismo participará con distintas marcas electorales. En la Ciudad de Buenos Aires dará las PASO con Unidad porteña y en la provincia con Unidad Ciudadana. Por eso la cuenta es más sencilla al momento de sumar los votos de todo el país para el oficialismo.