por Patricia Garciapara Ambito Financiero
El macrismo reculó ayer y a último momento decidió no presentar en el recinto el proyecto para denunciar el convenio que la Nación y la Ciudad de Buenos Aires suscribieron en 2007 integrando el parque Colón, hoy centro de la polémica, a la Casa Rosada. Se trata del espacio verde que rodea el principal edificio nacional, al sur, de cara al río, donde se instaló en 1921 el monumento a Cristóbal Colón, que protagoniza una curiosa puja entre el kirchnerismo y el macrismo. Ayer mismo Cristina de Kirchner le dedicó parte de un discurso público al caso y reafirmó la voluntad de retirar la estatua de los jardines de la Rosada.
El Gobierno nacional lo intentó trasladar y la Ciudad se enojó porque no le pidieron permiso. Hubo amparos, pero también, esta semana, sentencia favorable al Gobierno nacional que quitó, durante el fin de semana, la estatua de Colón -que corona la obra del italiano Arnaldo Zocchi, donada por Italia en ocasión del Centenario de la Revolución de Mayo- para repararla, dijeron.
Denunciar el convenio, mediante una ley aprobada por la Legislatura, significaba que la Ciudad de Buenos Aires ya no lo cumpliría, y de ese modo Mauricio Macri debería tomar posesión de la plaza, por así decirlo, y en el PRO se imaginaron que la cuestión pasaría a mayores con probabilidad de desenlazar en un enfrentamiento entre la Policía Federal y la Metropolitana. Inclusive, el mismo convenio en cuestión remite a que la Corte Suprema resuelva cualquier conflicto referido a él.
De esa manera, el macrismo retiró la propuesta para la cual tenía los votos para aprobar y la cambió por una manifestación, que sancionó en soledad el bloque PRO, en la que expresó "su más enérgico repudio ante la remoción del Monumento a Cristóbal Colón emplazado en la plaza homónima que ha sido dispuesta por la Presidencia de la Nación vulnerando atribuciones de esta Ciudad" .
Durante un discurso en Bariloche, Cristina de Kirchner solicitó "una pequeña digresión" y al referirse a una entrevista con Evo Morales explicó que "tenemos en nuestros lugares, en nuestras provincias, sitios donde, no sé, frente a la Casa de Gobierno, por ejemplo, está la Plaza Juan de Garay, que recuerda a quien fundó la Ciudad de Buenos Aires, a la segunda fundación de Buenos Aires, en 1580".
La Presidente siguió diciendo que "la verdad que queríamos y queremos trasladar la estatua de Cristóbal Colón para instalar -al lado de la Casa Rosada- donde están representados todos los argentinos y también la historia de los argentinos, que costó mucha sangre a muchos patriotas, y queremos poner ahí a la Juana Azurduy, a esa heroína de la independencia, que además -miren lo que son las cosas-... yo digo que el mundo es redondo, pero en la Argentina es más redondo que en cualquier otra parte. Y digo la Juana Azurduy, que nació en Bolivia, y sus restos están en Bolivia".
Entonces Cristina apuntó: Fíjense, cuando queríamos y cuando queremos cuidar la estatua, porque no pretendemos tirar la estatua. Las estatuas no se tiran abajo, las estatuas se cuidan, se restauran y se trasladan hacia otros predios, porque creemos que en el lugar de la Casa Rosada, que es la casa de todos los argentinos, tienen que estar o tiene que estar representada por los que lucharon y dieron su vida por la independencia de los países de la región: de nuestro país, de Chile, de Bolivia. Por eso, no es una decisión caprichosa la Juana Azurduy, en la Casa Rosada, es la reivindicación de los patriotas, de los próceres". Hubo más en el discurso que rescató las obras del Museo del Bicentenario en los túneles de la vieja Aduana porteña, el reciclado del edificio del Correo y otras obras.
Como sea, el PRO enfrió la guerra, pero el Gobierno seguirá adelante con la idea de reemplazarlo por el de Juana Azurduydonado por Bolivia.
El macrismo reculó ayer y a último momento decidió no presentar en el recinto el proyecto para denunciar el convenio que la Nación y la Ciudad de Buenos Aires suscribieron en 2007 integrando el parque Colón, hoy centro de la polémica, a la Casa Rosada. Se trata del espacio verde que rodea el principal edificio nacional, al sur, de cara al río, donde se instaló en 1921 el monumento a Cristóbal Colón, que protagoniza una curiosa puja entre el kirchnerismo y el macrismo. Ayer mismo Cristina de Kirchner le dedicó parte de un discurso público al caso y reafirmó la voluntad de retirar la estatua de los jardines de la Rosada.
El Gobierno nacional lo intentó trasladar y la Ciudad se enojó porque no le pidieron permiso. Hubo amparos, pero también, esta semana, sentencia favorable al Gobierno nacional que quitó, durante el fin de semana, la estatua de Colón -que corona la obra del italiano Arnaldo Zocchi, donada por Italia en ocasión del Centenario de la Revolución de Mayo- para repararla, dijeron.
Denunciar el convenio, mediante una ley aprobada por la Legislatura, significaba que la Ciudad de Buenos Aires ya no lo cumpliría, y de ese modo Mauricio Macri debería tomar posesión de la plaza, por así decirlo, y en el PRO se imaginaron que la cuestión pasaría a mayores con probabilidad de desenlazar en un enfrentamiento entre la Policía Federal y la Metropolitana. Inclusive, el mismo convenio en cuestión remite a que la Corte Suprema resuelva cualquier conflicto referido a él.
De esa manera, el macrismo retiró la propuesta para la cual tenía los votos para aprobar y la cambió por una manifestación, que sancionó en soledad el bloque PRO, en la que expresó "su más enérgico repudio ante la remoción del Monumento a Cristóbal Colón emplazado en la plaza homónima que ha sido dispuesta por la Presidencia de la Nación vulnerando atribuciones de esta Ciudad" .
Durante un discurso en Bariloche, Cristina de Kirchner solicitó "una pequeña digresión" y al referirse a una entrevista con Evo Morales explicó que "tenemos en nuestros lugares, en nuestras provincias, sitios donde, no sé, frente a la Casa de Gobierno, por ejemplo, está la Plaza Juan de Garay, que recuerda a quien fundó la Ciudad de Buenos Aires, a la segunda fundación de Buenos Aires, en 1580".
La Presidente siguió diciendo que "la verdad que queríamos y queremos trasladar la estatua de Cristóbal Colón para instalar -al lado de la Casa Rosada- donde están representados todos los argentinos y también la historia de los argentinos, que costó mucha sangre a muchos patriotas, y queremos poner ahí a la Juana Azurduy, a esa heroína de la independencia, que además -miren lo que son las cosas-... yo digo que el mundo es redondo, pero en la Argentina es más redondo que en cualquier otra parte. Y digo la Juana Azurduy, que nació en Bolivia, y sus restos están en Bolivia".
Entonces Cristina apuntó: Fíjense, cuando queríamos y cuando queremos cuidar la estatua, porque no pretendemos tirar la estatua. Las estatuas no se tiran abajo, las estatuas se cuidan, se restauran y se trasladan hacia otros predios, porque creemos que en el lugar de la Casa Rosada, que es la casa de todos los argentinos, tienen que estar o tiene que estar representada por los que lucharon y dieron su vida por la independencia de los países de la región: de nuestro país, de Chile, de Bolivia. Por eso, no es una decisión caprichosa la Juana Azurduy, en la Casa Rosada, es la reivindicación de los patriotas, de los próceres". Hubo más en el discurso que rescató las obras del Museo del Bicentenario en los túneles de la vieja Aduana porteña, el reciclado del edificio del Correo y otras obras.
Como sea, el PRO enfrió la guerra, pero el Gobierno seguirá adelante con la idea de reemplazarlo por el de Juana Azurduydonado por Bolivia.