Mercado del Plata, siglo XIX -AGN |
Su historia
Lo llamamos exMercado del Plata, porque en ese lugar hubo una vez un mercado, pero hace más de cien años. En esa misma manzana fueron enterrados soldados británicos después de las invasiones inglesas según dicen que dio cuenta una excavación de 1948, es decir tras la demolición de aquel mercado. Pero antes, años antes, estaba en lo que sería una plaza, esos lugares destinados a nada que fueron utilizados como estacionamiento de carretas o algo similar a un espacio público: los huecos. Aquel fue el hueco del Curro, una ironía. Por cierto, del Curro Moreno.
Lo llamamos exMercado del Plata, porque en ese lugar hubo una vez un mercado, pero hace más de cien años. En esa misma manzana fueron enterrados soldados británicos después de las invasiones inglesas según dicen que dio cuenta una excavación de 1948, es decir tras la demolición de aquel mercado. Pero antes, años antes, estaba en lo que sería una plaza, esos lugares destinados a nada que fueron utilizados como estacionamiento de carretas o algo similar a un espacio público: los huecos. Aquel fue el hueco del Curro, una ironía. Por cierto, del Curro Moreno.
Actualmente hay un edificio imponente que se fue
convirtiendo casi en un monumento a la burocracia con oficinas y oficinas y
laberintos de oficinas para los trámites más engorrosos como los de habilitación
de construcciones, de infracciones y también hay despachos pomposos de algunos
ministros y sus respectivas dependencias.
Ya no será más de la ciudad. El gobierno de Mauricio Macri
decidió rematarlo en condiciones muy particulares y la Legislatura porteña leaprobó el proyecto.
Cuenta Ricardo De la Fuente Machain que allí estaba la Plaza
Nueva - donde se construyó el Mercado del Plata y que fue un señor, en 1773 “don Pedro Ochoa
de Amarita, quien junto con otros vecinos presenta un memorial al Cabildo,
manifestando que han comprado varios terrenos con el propósito de ofrecerlos
para plaza pública e invitan al Cabildo para que adquiera un curentón que hace
esquina de manera de formar un cuadrilongo. Su propietario, Juan Pérez, se
oponía a venderlo alegando que iba a edificar allí su vivienda”.
Se trataba de la media manzana de Carlos Pellegrini (antes
Artes), Sarmiento (antes Cuyo), Perón (antes cangallo) y el Pasaje Carabelas.
También se llamó de las Artes, además de Plaza Nueva y después Mercado Nuevo.
Lo cierto es que el Mercado del Plata se construye en 1856
con la idea de regular este tipo de comercios que funcionaban en los huecos.
Hasta entonces la venta mayorista atraía a comerciantes que venían desde la
provincia de Buenos Aires y a su alrededor se alentaba la venta minorista
informal.
El nuevo Mercado, el actual, tardó más años en construirse
que los que funcionó. El cambio de hábitos, entre otras cuestiones terminó
destinando el edificio totalmente para la ex Municipalidad de la Ciudad de
Buenos Aires. En principio, la planta baja, actualmente destinada al Banco
Ciudad de Buenos Aires, se había dispuesto como mercado y el resto de los pisos
para oficinas de la comuna.
Polémica gigantografía en el Edificio del Plata, colocada por el gobierno porteño en alusión al Día de la Mujer |
Fue el primer lugar
techado en su tipo, con un sistema de falsas bóvedas semicilíndricas de acero y
vidrio que permitían la iluminación central.
José Antonio Wilde en “Buenos Aires desde 70 años cuenta (aproximadamente en 1870) que “lo que hoy es Mercado del Plata,
denominábase plaza Nueva; sólo ocupaba, como hoy, media manzana, es decir, 150
varas con frente a la calle Artes, con 75 a las de Cangallo y Cuyo.
Reuníanse allí las carretas de los partidos de San
Isidro, San Fernando, las Conchas, etc., a vender sus productos que consistían
principalmente, en leña de rama y en haces, madera y cañas para ranchos,
sandías, melones, duraznos, trigo, maíz, cebada, a veces alpiste y semilla de
lino.
De esas carretas, algunas se estacionaban,
especialmente las de fruta y choclos, y vendían al menudeo, colocando en ellas
de noche, farol; esta fila de luces no venía mal, vista la pobreza del
alumbrado de entonces. Como las carretas eran pequeñas y tiradas sólo por dos
bueyes, solían convertirse en mercados ambulantes, pues con frecuencia
recorrían las principales calles, ofreciendo en venta sus frutos. Esta
costumbre no ha desaparecido aún del todo, viéndose algunas veces, carretas con
cebollas y particularmente, con leña blanca y de tala o espinillo, que se anda
ofreciendo de puerta en puerta.
Cuando la población empezó a crecer y por consiguiente
a extenderse la ciudad, las carretas que concurrían a la plaza Nueva, fueron
removidas al hueco de Cabecitas o al de Doña Engracia o Ña Gracia, como decían
algunos paisanos; hoy plaza de la Libertad, también convertida en paseo.
Gran número de huecos había, en los que se han operado
notables cambios; el hueco de Laguna, de Botello, de la Basura (a sólo 3
cuadras del Mercado del centro), de Salinas, de los Olivos, de los Sauces, en
el que se ha formado una plaza denominada 24 de Noviembre, y otros varios”.
Pero cuando, en 1880, la ciudad se convierte en Capital de
la República Argentina, el primer intendente, un gran transformador, Torcuato
de Alvear convoca para muchas obras a Juan Antonio Buschiazzo quien propone una
reforma en 1882.
En 1912 se pensó en reemplazarlo con un edificio de 14 pisos
que tuviera conexión con la red de subterráneos, no olvidemos su cercanía con
el Obelisco, debajo del cual está la transferencia de tres líneas de subte.
Pero igual, ese proyecto no se realizó.
El nuevo edificio se inicia en 1948, después de haberse demolido el antiguo, y recién se termina en
1961. Se hace con mercado debajo y arriba dependencias municipales. Se
construyó con 119 metros de largo , 11
pisos de altura hacia el frente, 2 cuerpos de igual altura hacia ambas esquinas
del contrafrente y un cuerpo bajo que toma la escala del pasaje, además de 3
subsuelos.
El edificio es totalmente vidriado y el gobierno de Mauricio
Macri le cuelga gigantografías en su frente de diversas temáticas, sobre la
avenida Pellegrini.