Como dice el siguiente informe ecargado por Mauricio Macri, el estado de los subterráneos porteños no es tan malo. Más allá de la necesidad de renovar la flota histórica de la línea A, seguramente las conclusiones de los expertos tranquilizaron al jefe de gobierno para tomar la decisión de hacerse cargo del transporte que es de la Ciudad de Buenos Aires. Su temor a un accidente sumó para que se arrepintiera, en el verano pasado, de aceptar su responsabilidad en el control del servicio. (Pantalla completa, click en el símbolo de la derecha abajo)