El informe dice:
Bajar los humos
El INTI trabaja en verificar emisiones de gases de efecto invernadero en ómnibus de las líneas 61 y 62. La iniciativa representa el primer paso para la firma de un convenio entre Argentina y Japón tendiente a desarrollar alternativas urbanas más amigables con el ambienteEl Ministerio de Ambiente de Japón eligió al INTI como organismos responsable de cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por un bús híbrido que posee la empresa Tatsa y su comparación con la de los ómnibus convencionales, para luego realizar un informe conjunto que se enviará a Japón. El objetivo es poner a prueba las capacidades del INTI como validador y verificador para la confección de un plan de Medición, Registro y Verificación (MRV). Una vez que este proyecto piloto esté finalizado y sus resultados sean evaluados por parte del Ministerio de Ambiente japonés, la intención de dicho gobierno es realizar un convenio bilateral con Argentina que permitirá aplicar el MRV en nuestro país en “proyectos establecidos en una lista positiva”, que son aquellos cuya factibilidad para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero ha sido comprobada. El plan de monitoreo se realizó en forma conjunta entre el INTI y Tatsa, donde los ingenieros del Instituto les propusieron a los de la empresa automotriz cómo medir y validar cada variable puesta en juego, tales como distancia recorrida por el ómnibus y el consumo y calidad del combustible, entre otras.
Un colectivo que frena para acelerar
Dice el INTI que "el bus híbrido tiene distintas conexiones" y que "en este caso, está el motor del vehículo que tiene acoplado un motor eléctrico de 132 kW. Además, hay un grupo electrógeno que está continuamente en marcha, así como 42 baterías de corriente continua. El director de Proyectos Especiales e Internacionales de Tatsa, ingeniero Juan Sacco, explicó: “Cuando el motor de tracción exige mayor cantidad de energía, el adicional lo suministran las baterías; cuando no lo necesita, carga esas baterías”.La particularidad del proyecto es que permite aprovechar la energía cinética de los frenos, que en los autos normales se pierde en forma de calor. En este micro, esa energía se convierte en batería para el motor de propulsión, dato que cobra particular relevancia cuando se tiene en cuenta que alrededor del 50% de la energía total que utiliza el ómnibus se envía a los frenos. “El ahorro de gasoil en relación a un vehículo convencional está entre 30 y 35 por ciento. Todo lo que sea ahorro de combustible, por otra parte, se traduce en reducción de la contaminación”