La idea comenzó en 1965, durante el gobierno democrático de Arturo Illia. Se sancionó, un 11 de enero de ese año, una ley que le otorgó al Club Boca Junior, la fracción de 40 hectáreas ubicada en “terrenos que resulten del rellenamiento” del Rió de la Plata, entre la avenida Costanera Sur y la prolongación de la calle Humberto I.
Fue la ley 16575 que imponía que el Club tenía que construir un estadio con capacidad para 140.000 personas, su sede social, canchas y espacios libres para el público en general.
El titular de Boca Junior por entonces era Alberto J. Armando, quien emprendería el sueño. Ya por esa época se consideraba con desconfianza que detrás habría un oneroso objetivo inmobiliario. Más de 40 años pasaron y la idea de un barrio de lujo en la zona vuelve al debate, con Solares de Santa María.
La misma ley dispuso que, si el proyecto no se concluía, las tierras no podrían ser vendidas y pasarían a ser propiedad de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
El relleno y las obras avanzaron, como la de una confiteria con pileta, canchas de tenis y otros deportes, anfiteatro, fuentes, un autocine, un parque de diversiones y el anuncio de una torre elevadísima con una confitería giratoria. Nunca se realizó,pero anunció la inauguración del estadio para un 25 de mayo de 1975. Hay quienes recuerdan la venta de bonos para financiar las obras yde rifas denominadas Cruzada de las Estrellas y Cruzada de Oro, más la venta de plateas a futuro. Se pensó que para el Mundial de 1978 estaría allí una de las sedes del campeonato. Durante la dictadura, el relleno del río se había favorecido con los escombros producidos en la demolición que dio lugar a las autopistas.
La Asociación Amigos del Lago de Palermo, recopiló un detalle de cómo llegó el lugar a su abandono y actualmente con el proyecto de IRSA que aprobaría la Legislatura porteña tras un acuerdo político.
4 de setiembre 1979- El intendente de la dictadura, Osvaldo Cacciatore "sanciona y promulga una ordenanza en la que admite el incumplimiento del Club Atlético Boca Juniors”, pero le da la chance a la institución de no edificar el estadio y terminar las piletas de natación, la pista de patinaje y canchas de tenis, básquet, vóley y fútbol, con plazo hasta 1982, para que siga en el lugar. Ya que se trataba de una administración de facto, esa disposición pudo efectuarse a pesar de una ley nacional existente. Si se cumplía el nuevo plazo las tierras, que ya habían crecido a 59 hectáreas, se escrituraban a favor del Club.
El Club no terminó las obras, pero en abril de 1982, Cacciatore mediante otra ordenanza, la 37677 las da por cumplidas y dispone que se otorga la correspondiente escritura traslativa de dominio a su favor, dejándose constancia que dicho inmueble no podrá ser enajenado. Solo se construyeron una confitería y algunas canchas, “engañando a una gran cantidad de gente que se había hecho socia del club y había comprado su ubicación en el supuesto nuevo estadio del CABJ. Además, el intendente de facto carecía de facultades para escriturar tierras nacionales”, dice la A.A. Del Lago.
En Democracia
En octubre de1989, durante el gobierno de Carlos Menem, el Congreso modifica la ley 16.575 y dice que sobre la extensión en que se avanzó sobre el río "la superficie donada al Club Atlético Boca Juniors alcanza a lo efectivamente rellenado hasta la fecha con sus canales adyacentes ". Se derogan los artículos que fijaban la existencia de espacio público dentro del predio y la obligación de ceder eventualmente las instalaciones al Ministerio de Educación y Justicia de la Nación. También se modifica la norma con respecto a la posibilidad de vender el predio.
Al año siguiente, el 30 de noviembre 1990 un decreto presidencial establece: "Dónase al Club Atlético Boca Juniors una parcela que corresponde al Estado Nacional por dominio eminente ... delimitada por el Río de la Plata, la Avenida España y la calle futura prolongación de la Avenida Costanera, parcela que tiene una superficie de 715.951,89 m2. Dónase asimismo ... los canales adyacentes a los terrenos de referencia". Las 40 hectáreas casi se duplicaban.
El intendente Carlos Grosso, en enero de 1992, mediante un decreto, veta un artículo de la ordenanza 45665 que otorgó normas especiales al lugar y que permitiá la subdivisión en parcelas iguales o mayores a una hectárea. La ordenanza 45665 dijo que se otorgaban "normas urbanísticas de subdivisión, tejido ocupación y uso del predio propiedad del Club Atlético Boca Juniors .." que ahora "... tiene una superficie de setecientos quince mil novecientos cincuenta y un metros cuadrados, sesenta y nueve decímetros cuadrados (715.951,69 m2)" destinados "a la localización de grandes equipamientos a nivel de Ciudad" y permite edificios de perímetro libre, es decir torres. En 1992 ya se vende el predio abandonado. La sociedad Santa María del Plata, nueva propietaria de las tierras, organiza un concurso de diseño para el dearrollo de un complejo con hoteles, centros de convenciones y exposiciones, viviedas y recreación, como el que en 2012 intenta hacer Solares de Santa María. IRSA invierte en 1997 algo más de U$S 50 millones para la compra de los terrenos.