Plaza Dorrego, San Telmo |
"Las plazas y los parques deben ser analizados desde
una perspectiva totalizadora del ser humano ya que en
ellos confluyen casi todas las actividades de los habitantes
de las ciudades, y adquieren una importancia
mayor aquellas intangibles: deseos, sentimientos,
vivencias, recuerdos". Sonia Berjman
El miércoles 17 de octubre la Legislatura porteña retomará el debate, en comisión, sobre la conveniencia de aprobrar una ley impulsada por Mauricio Macri para permitir la instalación de bares en parques de la Ciudad de Buenos Aires. A propósito, es oportuno repasar algunos conceptos de la doctora en Filosofía y autora de varios libros sobre el paisaje porteño, Sonia Berjman en su trabajo “Una mirada sobre los espacios verdes públicos de Buenos Aires durante el siglo XX” , donde aborda el concepto de espacio público y distintas medidas que se ensayaron a lo largo de la historia de la Ciudad de Buenos Aires.
La década de 1930 fue especialmente interesante por cuanto se dio una polémica en los medios periodísticos, con activa participación ciudadana, referida a varios aspectos de los espacios verdes.Entre los más interesantes se cuenta la eliminación del enrejado de los parques -antes había un horario para ingresar a los parques, días para mujeres y niños, días para caballeros-.
que “No debe olvidarse que los espacios verdes urbanos son
propiedad del común, de todos nosotros, quienes solventamos su proyecto, construcción y mantenimiento,pero por sobre todo les damos significado con nuestras vivencias cotidianas. De nada vale tener una plazapor habitante si está enrejada y no se puede usar, o si las condiciones sociales se asemejan a lo que Lewis Mumford (urbanista estadounidense) llamó tiranópolis:la dictadura militar de la década de 1970 se preocupó por crear y remodelar plazas y parques pero los vecinos estaban atemorizados de usar el espacio público. La democracia nos devolvió el sano ejercicio de sentirnos dueños de la ciudad.”