Don José Nápoli tenía el restaurante frente al Luna Park y
por esas casualidades del negocio fue el autor de la milanesa napolitana o a la
napolitana, ese filete de carne pasado por huevo batido, ajo y perejil y
rebozado con pan rallado que termina en la sartén, al que le agregó jamón queso
y salsa de tomate. La versión más popular es con queso fresco o muzzarela y la historia
asegura que en los ’40 y ’50 era el plato más pedido por los amantes del box. Del apellido del autor, claro, viene su nombre, no de Italia. Es más, Nápoli era tucumano.
La historia dice que había un cliente fijo en su restaurante
que siempre comía milanesa, pero un día llegó más tarde que lo habitual casi al
cierre del lugar, inclusive cuando quien lo atendía habitualmente ya se había
ido. Con mala suerte se pasa de cocción la última milanesa que quedaba y a Don
Nápoli se le ocurre repararla mientras convence al cliente de probar un plato
especial. La historia de Buenos Aires agrega así ese plato a la cocina de
autoría local.