El Jefe de Gobierno reclamó un encuentro con el Presidente Alberto Fernández, al rechazar las medidas anunciadas para amortiguar la pandemia, con las cuales no coincide del todo, especialmente en cuanto a la suspensión de las clases presenciales.
Alineado ahora con el ala dura de Juntos por el Cambio, el jefe porteño rechazará todas las disposiciones, que incluyen entre otras, cierre de actividades de 20 a 6, suspensión de clases con presencia de docentes y alumnos y el despliegue de fuerzas federales para controlar el cumplimiento de las medidas.
Sin embargo, Larreta dio a entender que acatará lo referente a horarios y otras prohibiciones, pero no cederá en cerrar por dos semanas las escuelas para reemplazar las clases por virtuales, a partir del lunes. Reclamará a la Corte Suprema, dijo, como lo hizo cuando el Gobierno le recortó fondos de coparticipación, una puja que también tiene cita, el miércoles a una audiencia de conciliación. "Vamos a discutir todo pero con eje en la presencialidad", explicaron desde la Ciudad.
El Gobierno porteño ya tiene preparados números y porcentajes referidos a la pandemia y a las medidas, pero también opciones para llegar a un acuerdo, aún partiendo de la convicción de que "no es el momento" para una suspensión de clases con presencia como impone el Gobierno.
"Horacio no banca", aseguraron los funcionarios el mismo miércoles a la noche cuando Alberto F. hizo su anuncio, en la misma jornada en la cual Juntos por el Cambio emitió un comunicado con críticas al Gobierno y aceptando la posibilidad de restricciones siempre y cuando no afectaran, la educación, el trabajo y "las libertades individuales". Es decir, poco margen para alguna disposición que apunte a disminuir la circulación del coronavirus.
Las propuestas para las escuelas que llevará Larreta serán diversas con modelos de mayor a menor presencialidad, teniendo en cuenta que cada colegio dispuso la manera de abrir las aulas este año y una medida homogénea no es posible.
Así, podría discutir con el Presidente medidas intermedias entre la suspensión total o seguir tal cual como ahora, como una directiva. Larreta también necesita un acuerdo que no lo lleve a un desafío extremo que lo enfrente con las agrupaciones de docentes que avalan la suspensión de las clases.
La idea del jefe porteño es llevar "datos" , como que, en la población escolar de aproximadamente 700 mil docentes, no docentes y alumnos, en dos meses de clases presenciales reportó 5006 casos de contagios de coronavirus, mucho menos que el 1%. "No es la escuela donde se producen los contagios", afirmará Larreta. Por otra parte, el Gobierno porteño asegura que "bajo 70% el uso del transporte público" por parte de los escolares, con respecto a antes de la pandemia.
La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, quien pidió una reunión con su par nacional, contó ayer que "consensuamos un documento que Trotta propuso a las 14 horas" y "nos sorprendió que a la noche dijeran algo totalmente contrario. Estoy convencida de que si nos sentamos a conversar nos vamos a poner de acuerdo".
"Ayer, el Gobierno nacional decidió romper ese mecanismo de diálogo y consenso que veníamos sosteniendo hace más de un año" dijo Larreta y acusó que el " Gobierno nacional decide tomar medidas restrictivas, entre otras cosas, porque no cumplió con la cantidad de vacunas que prometió a finales del año pasado".
Explicó que "un Decreto de Necesidad y Urgencia del Gobierno nacional tiene fuerza
de ley y, por supuesto, está por encima de la legislación local y debe cumplirse" pero que rechazaba "totalmente" la participación del ejército y de las fuerzas federales en las calles de la Ciudad si esto no está coordinado como corresponde y anticipó que presentará un amparo ante la Corte para defender la presencialidad.