para Buenos Aires Me Quiere
De conocerse como calle Del Empedrado, en 1808, pasa a
llamarse Unquera y no solo en la casa de Mariquita se extendían las tertulias.
También en la mansión de Flora Azcuénaga. Esta dama de alta sociedad porteña
era la hermana de Miguel de Azcuénaga, miembro de la Primera Junta de Gobierno.
Flora fue fundadora de la Sociedad de
Beneficencia , creada en 1823 por Bernardino Rivadavia cuando era ministro de
Martín Rodriguez.
Florida en 1888 |
“Era una personalidad que actuaba en la política y sus opiniones eran respetadas”, asegura
Calzadillas quien describe aquella casa con extensos salones, tapizados de
tisús, calentados en invierno por grandes copones de reluciente bronce,
prendidos con carbón de leña.
Finalmente en 1814 la calle San José, o Unquera, será
bautizada como Florida y así aparece en planos de 1822: “calle
de la Florida”. Pero, en un momento perdió el nombre. Durante la época de Rosas
se llamó Perú, que es actualmente el nombre de la continuación de Florida desde
Rivadavia hacia el sur. Perú, por entonces, se denominaba calle De los
Representantes.
Casualmente, fue un 25 de mayo de 1814 cuando en las orillas del rio Piray, cerca
del pueblo de La Florida se produce el enfrentamiento entre los realistas
conducidos por el coronel José Blanco contra las fuerzas encabezadas por
Antonio Alvarez de Arenales y José Ignacio Warnes, junto a los comandantes De
la Riva y Mercado. Pelean unos 2000 hombres y Blanco resulta vencido, entonces
Warnes lo desafía. Los dos se enfrentan montados a caballo y Blanco vuelve a
ser vencido. Inmediatamente Arenales va contra los enemigos y mata con espada a
tres, pero resulta herido, aunque sobrevive.
En homenaje al triunfo patriótico, el Director Supremo don
Gervasio Antonio Posadas dispone que la calle más céntrica de Buenos Aires
lleve el nombre del lugar de la batalla: Florida.
El 14 de mayo de 1813,en la casa de Mariquita se entona por
primera vez la “Marcha Patriótica” que se convierte en el Himno Nacional
Argentino.
De Tertulias y toreros
“El día de función de toros era un día de excitación y
movimiento en la ciudad; la afición era extremada y la concurrencia inmensa: en
la calle Florida las señoras en las ventanas y las sirvientas en las puertas,
se apiñaban para ver pasar la oleada humana que iba y venía.El Ñato era uno de
los picadores más afamados. Murió al fin, después de sus repetidas proezas, en
las astas del toro, quedando su caballo, muerto a su lado.”
Florida en 1943 |
“Debemos citar también la espléndida peluquería en que no se
ha ahorrado gastos para la comodidad de sus clientes, de Ruiz y Roca, calle
Florida; habiendo muchas otras en esta ciudad, que brindan toda clase de
comodidad”.
“La señora de Mandeville … ya como socia, ya como secretaria
o como presidenta de la Sociedad de Beneficencia, y en primera línea, cuando se
trataba de ejercer actos de caridad, era nativa de Buenos Aires. Esta señora
figuraba ya por el año 17, viuda entonces, del señor Thompson, siendo conocida
mas tarde, por la señora doña Mariquita Sánchez de Mendeville, por haber
contraído matrimonio con el cónsul francés, de este nombre".
"Fue dueña de varias fincas, entre ellas, de la gran casa en
que en estos últimos años ha existido por mucho tiempo, un depósito de plantas
en la calle Florida; de todas las casas, en esa cuadra, y de la mayor parte de
la manzana por la calle de Cuyo y la de Cangallo, donde por muchos años estuvo,
en tiempo de Rosas, la imprenta de la Gaceta Mercantil”.
“En la ciudad, los paseos a caballo eran distracción
favorita de los jóvenes, que casi siempre se limitaban a la calle Florida hasta
el Retiro y algunas veces hasta Barracas; debido sin duda al pésimo estado de
la generalidad de nuestras calles”. De Buenos Aires desde 70 años atrás
Del empedrado a los títeres
En 1822 , Rivadavia mandó demoler el muelle de mampostería
proyectado por Pedro Cerviño y con sus materiales empedrar la calle de Florida.
Florida en 1950 |
En 1831, “Queda inaugurado en lo que ya se había conocido como el hueco de Florida, bordeado por el zanjón de Matorras, el anfiteatro, pretensión de teatrillo, rodeado de jardines con mesitas al aire libre, ya por esa parte del llamado barrio recio”, anota la Historia de la Calle Florida de Ricardo Llanés. Se refiere a que se había alquilado un gran lote en Florida,entre Córdoba y Paraguay, para montar un anfiteatro, que terminó siendo un teatro de títeres, donde sin embargo una compañía lírica. En Historias de nuestros viejos teatros, A.Taullard asegura que “a las funciones del anfiteatro que se daban únicamente los domingos a la tarde, concurrían solo las sirvientas mulatillas y amas de cria con los chicos, absteniéndose de hacerlo las familias sensatas por lo ridículo de los espectáculos”.
La primera prueba de adoquinado de granito se hizo en
1870 en la calle Rivadavia entre San
Martín y Reconquista. Poco después se adoquinó la calle
Florida entre Cangallo –actual Perón- y Cuyo –actual Sarmiento-.
Hasta el siglo pasado
Las veredas de las calles tenían una vara de
ancho, un metro de altura cuando no dos y tres, estando en parte obstruidas por
las rejas de las ventanas. Eran de ladrillo. Hasta el año 80 había muchas así,
dice Manuel Bilbao en Buenos Aires desde
su fundación hasta nuestros días , editado en 1902. Recuerda este autor
varias historias de la calle Florida, como que a la altura de Viamonte “ había un
puente movedizo que cuando no llovía se ladeaba, existiendo varios escalones en
la vereda para subir ó bajar cuando el tiempo era bueno. Muchas veces, cuando se producía una lluvia repentina los transeúntes tenían que
cruzar a pie el tercero por no encontrarse el puente en su lugar”.
Como otros, Bilbao también destaca que “uno de los salones
más concurridos durante los primeros tiempos de la vida social porteña, fueron
los de la señora María Sánchez de Mendeville, quien casó en primeras nupcias
con Don Juan Thompson, el que le hizo como regalo de bodas la manzana
comprendida entre las calles de Cuyo, Cangallo, San Martín y Florida.
A la muerte de éste, la viuda casó con el señor Mendeville,
siendo los salones de su casa lo más frecuentados de Buenos Aires. Allí
concurrían los generales de la Independencia, los políticos de ese entonces y
la sociedad más distinguida en damas y caballeros.
"Eran muy codiciados las masitas y alfajores que en el zaguán de lo de Doña Flora de Azcuénaga, situado en la calle Rivadavia al llegar á Florida, vendía el negro Domingo, viejo criado de la casa, emancipado.
Los carruajes que regresan, forman un nuevo corso en la calle Florida á la que concurren los que por sus ocupaciones no han podido ir á Palermo, ó los que buenamente van á ver la concurrencia, formando grupos y corrillos en las veredas".
“El
año 90, después de los acontecimientos de Julio, prodújose en una manifestación
política un tumulto y
Florida, 2012 |
Tamagno desde los balcones de la Unión Cívica, en la calle
de Florida lo dominó, entonando el himno nacional con toda la fuerza de sus
pulmones” recuerda Bilbao sobre el año 1890 y alude al tenor Fransesco Tamagno que en 1879 había
llegado a la ciudad de Buenos Aires.
El Museo de Bellas Artes fué fundado en 1895 por una
asociación de pintores aficionados. Su primer presidente el pintor Eduardo Schiaffino.
Ocuparon el edificio del Bon Marché, la esquina de Florida y Córdoba. Abrieron doce salas
dedicadas a la pintura, escultura, grabados y litografía.
Y se hizo peatonal
Acerca del destino de esta calle porteña, cuenta Luis
Cortese, fundador de Historias de la Ciudad-Una revista de Buenos Aires, que “ hacia 1880 la calle Florida iniciaría una
profunda transformación, deviniendo así en una calle decididamente comercial.
Esa actividad motiva que ya en el lejano 1913 los comerciantes de la zona
requieran se convierta algunos tramos en exclusivamente peatonales. En la
década del 20 se ampliaría “…el tiempo en que por esa calle no podrán circular
rodados y cabalgaduras…”, tiempo limitado de 16 a 19 horas desde abril a
septiembre y de 16 a 20 el resto del año, desde Avenida de Mayo a Lavalle.
Luego el tránsito vehicular fue prohibido entre las 11 y las 21 horas entre la
calle Bartolomé Mitre y avenida Córdoba y si bien ya desde varios años atrás
esta arteria quedó exclusiva para los paseantes en toda su extensión, se
peatonalizó definitivamente en 1969. La calle fue cobrando de este modo la
fisonomía que le conocemos, con la instalación de locales de importantes
firmas, confiterías de renombre, galerías artísticas y centros literarios y
culturales, aumentando así su prestigio y renombre”.