“El tilo de Friburgo, laurel de la victoria de la más antigua república europea; el árbol
de Guernica, monumento rústico de las libertades de un pueblo; el sauce de Santa Elena,
melancólica corona de la grandeza militar en el destierro; la planta del café, que como un retoño de vida, crece en la tumba de Washington, agitarán sus hojas al soplo de la gloria para confundir sus rumores con el de las palmeras de Yapeyú y el pino de San Lorenzo en el día en que las cenizas del héroe argentino vuelvan triunfantes al seno de la patria”,
Pino histórico en Barrancas de Belgrano. Domingo de juio 2012. Foto JR |
escribía Bartolomé Mitre, frases que tomó Enrique Udaondo en su justificación para defender un retoño del pino, plantado en las Barrancas de Belgrano.
"Pino añoso a cuya sombra, según cuenta la tradición, descansó San Martín el 3 de Febrero de 1813 después de la jornada de aquel día, bañado en su propia sangre y cubierto con el polvo y el sudor de la victoria.", describió Mitre sobre el lugar en San Lorenzo, provincia de Santa Fe.
El pino fue plantado en el huerto del convento de los Padres de la Comañía de JEsús en 1650, a cuya sombra, San Martín, firmó el parte de la victoria de la batalla de San Lorenzo.
Entre Sucre y pampa se encuentra un retoño, en el barrio porteño de Belgrano y otro en el Instituto Sanmartiniano, en Mariscal Cstilla y Rufino de Elizalde.
Durante su presidencia, Marcelo T. De Alvear dispone la colocación de una cerca de tres metros para proteger el ejemplar, y en 1934 se inaugura la ampliación de la plazoleta y del mástil. En 1946 es declarado árbol histórico por decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 3088.
Dicen que un ombú importante fue destruido por un rayo y en 1930 y dos años después en ese mismo lugar se plantó el pino.
"Pino añoso a cuya sombra, según cuenta la tradición, descansó San Martín el 3 de Febrero de 1813 después de la jornada de aquel día, bañado en su propia sangre y cubierto con el polvo y el sudor de la victoria.", describió Mitre sobre el lugar en San Lorenzo, provincia de Santa Fe.
El pino fue plantado en el huerto del convento de los Padres de la Comañía de JEsús en 1650, a cuya sombra, San Martín, firmó el parte de la victoria de la batalla de San Lorenzo.
Entre Sucre y pampa se encuentra un retoño, en el barrio porteño de Belgrano y otro en el Instituto Sanmartiniano, en Mariscal Cstilla y Rufino de Elizalde.
Durante su presidencia, Marcelo T. De Alvear dispone la colocación de una cerca de tres metros para proteger el ejemplar, y en 1934 se inaugura la ampliación de la plazoleta y del mástil. En 1946 es declarado árbol histórico por decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 3088.
Dicen que un ombú importante fue destruido por un rayo y en 1930 y dos años después en ese mismo lugar se plantó el pino.