"Llegará el día en que nuestra desolada campaña esté cubierta por árboles racionalmente distribuidos". Benito Carrasco
El Día del Árbol, una costumbre copiada de los Estados Unidos, comenzó a celebrarse en el país en 1901, pero recién en 1913 comienza el proceso de considerar algunos ejemplares como monumentos históricos. Simultaneamente, o quizá con anterioridad se proponía la plantación de árboles, algo así como devolverle a la tierra lo que se le había quitado.
“Arboles históricos de la República Argentina”, se tituló la obra editada en 1913 y marcó el inicio de esa proyección.
En la ciudad
de Buenos Aires el primer árbol
catalogado fue el Aguribay del Perito Moreno,
pero ya Udaondo
había señalado ejemplares
desaparecidos en todo el país, y de la ciudad de Buenos Aires marcó el algarrobo próximo al Riachuelo donde sesionaron los cabildantes y el pino de la calle Cuyo (actual Sarmiento) que pintó y describió Carlos Enrique Pellegrini, padre de quien fuera presidente de la Nación.
. Años antes había publicado junto con Adrián Béccar Varela, dos tomos sobre la nomenclatura de las calles y las plazas de la Ciudad de Buenos Aires.
. Años antes había publicado junto con Adrián Béccar Varela, dos tomos sobre la nomenclatura de las calles y las plazas de la Ciudad de Buenos Aires.
Perito Moreno debajo del Aguaribay Foto AGN |
Más tarde,
en 1938, fue la ComisiónNacional de Museos, Monumentos y Lugares el Históricos
el organismo encargado de catalogar y decidir qué árboles serían
considerados como parte de la memoria colectiva y por lo tanto
conservarse.
Udaondo
integró, hasta 1948, esa Comisión -presidida por el historiador
Ricardo Levene- que declaró los primeros árboles históricos mediante decretos de
Ramirez Farrel y Juan Domingo Perón ; fue presidente de la Comisión
de Parques y Museos de la provincia de Buenos Aires y Director del
Museo de Luján.
Un 23 de
septiembre de 1940, en una sesión de la comisión se debatió un
pedido de los empleados del Banco Municipal de Buenos Aires y del
Consejo Escolar 15, para que “un gajo del Pino de San Lorenzo”
sea pantado en un lote del organismo. Udaondo
tomó la palabra y explicó que los pinos no se plantaban de gajo
sino de semilla y que habíra que pedir piñas para
extraerlas al convento de San Lorenzo. La comisión, resolvió que se
hiciera de ese modo, atendiendo la inquietud.
La Sociedad
Forestal Argentina, entonces,
entre sus actividades se dedidó a señalar árboles históricos con
placas ovaladas.
El 3 de
febrero de 1913 colocó una chapa en el Pino de San Lorenzo y la
tarea continúo para distintos exponentes naturales en el país. En
la ciudad de Buenos Aires siguó con el Pacará de Segurola,
el Aromo del Perdón plantado por Manuelita Rosas y se colocó
una placa muy notoria en la Magnolia de Avellaneda. Esa distinción
fue robada, y luego encontrada a la venta en un anticuario del barrio
de Belgrano.
A pesar del intenso trabajo, hasta
1944 el único árbol catalogado por norma como histórico era el Aguaribay del
Perito Moreno, declarado de ese modo en 1943. Distintas
normas, fueron aumentando el listado. En 1946 un decreto comenzó a formalizar las nominaciones.
Actualmente
la ciudad de Buenos Aires cuenta con la cuarta edición de un inventario de una docena de Arboles Históricos y Notables de la Ciudad de Buenos Aires (algunos son retoños
de los originales), que se elaboró en 2001, durante la gestión del
socialista Norberto La Porta
como Secretario de Medio Ambiente.
En 2009, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires sancionó la ley 3263 de Arbolado Público Urbano con el objetivo de protegerlo e incrementarlo y creó un Registro de Arboles Notables e Históricos.
Leer más....
En 2009, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires sancionó la ley 3263 de Arbolado Público Urbano con el objetivo de protegerlo e incrementarlo y creó un Registro de Arboles Notables e Históricos.
Leer más....
;